Enigmática Pieza Encontrada al Norte de España
sábado, 4 de octubre de 2014
Es una Pieza única y totalmente desconocida hasta ahora, conservada en el más estricto secreto a la espera de ser descifrada. Esto es lo que he podido explicar de ella, por el momento:
1. Tener la idea general de qué significa la pieza en su conjunto, a pesar de que, se han perdido para siempre un 30% del código grabado en la pieza debido a su casi total carbonización. Debido a ello, detalles tales como, si la forja por entero data del mismo período, o se aprecian manipulaciones posteriores, ya no es posible estudiar.
2. A pesar de ello, en un 5% de la pieza se puede vislumbrar destellos dorados de lo que parece haber sido su color original, en este caso el metal utilizado podría ser el bronce. Su forma original parece ser cuadrada, de bordes decorados en zigzag típico. El abultamiento apreciado en su base podría servir para mantenerla erguida. Dado que, la pieza está grabada en los dos lados, se deduce que el objetivo principal era estar a la vista.
3. A cerca de los caracteres visibles en la pieza, no se aprecian signos pertinentes a la fe cristiana, sino signos arcaicos que nos remiten posiblemente a culturas anteriores como la griega o romana. Es frecuente la aparición epigráfica en griego junto con otros latinos, como es el caso de los caracteres encontrados en la pieza. Estos caracteres guardan gran parecido con alfabetos y numeración de origen fenicio. No se puede descartar el origen íbero de la misma, aunque poco probable.
4. Los motivos grabados no son vegetales, ni animales, ni geométricos, ni históricos. Parecen abordar una temática astrológica de fondo mitológico; o vice-versa, ante la posibilidad de tratarse de una constelación en concreto, las Palomas, con el cometa a la izquierda en representación de Electra, se podría pensar en una especie de estela votiva del calendario agrícola, tal como se describe en “Los Trabajos y los Días” de Hesíodo:
“…Si en tu corazón el deseo te hace aspirar a la riqueza,
Actúa así y obra trabajo tras trabajo.
Al surgir las Pléyades descendientes de Atlas, empieza la
siega; y la labranza, cuando se oculten. Desde ese
momento están escondidas durante cuarenta noches y
cuarenta días y de nuevo al completarse el año empiezan a
aparecer cuando se afila la hoz. Esta es la ley de los
campos para quienes viven cerca del mar y para quienes, en
frondosos valles, lejos del ondulado ponto, habitan ricos
lugares.
Siembra desnudo, ara desnudo y siega desnudo si quieres
atender a su tiempo todas las labores de Deméter, para que
cada fruto crezca en su época y nunca luego necesitado
mendigues en casas ajenas sin recibir nada.”
Desde la Grecia arcaica que las Palomas y Deméter eran las guías de las labores del campo dentro del contexto de un calendario lunar. De hecho, la diosa sedente del grano parece “alojada” dentro de lo que da a entender ser una “casa”, o “templo”, significaría eso que aguarda en su casa astral que las palomas determinen la siembra.
5. Sin embargo, en la pieza hay abundancia de signos que no parecen aludir tan solamente a lo expuesto arriba. En concreto, el lado de la divinidad, está plagado de caracteres muy semejantes a los rúnicos, encapsulados en “cuadrados”, lo que da la impresión de tratarse de puertas que suceden unas a las otras. En el tratado velico antiguo del Parménides , se cuenta el viaje del viejo Iatromantis a la morada de la diosa en las estrellas, y cómo sus “puertas” se abrieron para él.
Este relato pudo bien llegar a la península con los Foceos. Dado que desconocemos el contexto en el que estaba inserido la pieza, o si la acompañaban otras de cuño memorístico, infelizmente todo son hipótesis.
Particularmente, me ha llamado poderosamente la atención el signo que se presenta en el trozo izquierdo al lado de la divinidad, la puerta de doble hoja? El que tiene un círculo en medio. Me ha parecido un signo de origen, una tradición heredada de los pueblos germanos, adoptada por los romanos de sangre germana (Juliano, Silas, Octavio, todos los que adoptaban el título añadido de Germánico), y posteriormente los visigodos. Continúo en busca de un signo parecido, pero si se trata de eso, este es único. Los signos de origen guardaban la clave de la tradición astral de un pueblo, por decirlo resumidamente, era un arquetipo que representaba la sangre, el honor y la descendencia divinos. Inútil buscar referencias, los historiadores pasan por alto esta cuestión “espinosa”.
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