ENDE Y NIETZSCHE: UNIDOS POR LA VOLUNTAD DE PODER
sábado, 29 de agosto de 2009
La Historia Interminable es un libro inclasificable, es un libro que se contiene a sí mismo. Cada vez significa algo distinto. En última instancia, seguir las aventuras de Bastián es seguir las peripecias de uno que es atrapado cada vez más por la literatura. En la primera parte del libro, se narra cómo es que el protagonista comienza a leer, qué es lo que lo fascina de los libros. En Atreyu ve a su ideal imposible.
A medida que Bastián lee, se hace cada vez más evidente que el llamado a dar el nuevo nombre a la Emperatriz es él, pero le falta el valor: Lo que Ende quiere decir con esto no es solo lo que parece: Bastián se siente fascinado por sus lecturas, pero su destino no es solo leer, tarde o temprano el mismo se lanzará a la aventura de crear sus propias historias. Esto es lo que simboliza el “darle un nombre” a la Emperatriz. La Nada se extiende por Fantasia porque los humanos han dejado de crear historias: ya no sueñan.
A medida que Bastián lee, se hace cada vez más evidente que el llamado a dar el nuevo nombre a la Emperatriz es él, pero le falta el valor: Lo que Ende quiere decir con esto no es solo lo que parece: Bastián se siente fascinado por sus lecturas, pero su destino no es solo leer, tarde o temprano el mismo se lanzará a la aventura de crear sus propias historias. Esto es lo que simboliza el “darle un nombre” a la Emperatriz. La Nada se extiende por Fantasia porque los humanos han dejado de crear historias: ya no sueñan.
El único cometido que se recibe en Fantasia, "haz lo que quieras", no quiere decir que Bastián pueda hacer lo que se le antoje, significa que debe seguir sus deseos hasta que lo lleven a su Verdadera Voluntad. En efecto, nada es más difícil de encontrar en la vida que aquello que realmente se quiere. Nada es más difícil que saber lo que se quiere. Esta es la búsqueda de Bastián por Fantasia.
Se puede interpretar esto de modo nietzschiano. En Nietzsche, el símbolo de la verdadera voluntad, despojada de trabas, es un niño: como Bastián. Pero innumerables obstáculos se interponen en la búsqueda de esta. Y al hacer lo que no se quiere de verdad, se cae cada vez más profundamente en la perdición. Los deseos torcidos de Bastián hacen que olvide cada vez más su mundo natal, cosa que no le molesta, porque de todos modos no quiere volver allá. Sin embargo, el que nada recuerda nada puede desear. Cuando pierda el último recuerdo de su propio mundo, Bastián ya no podrá desear nada. ¿Acaso es una trampa de la Emperatriz Infantil? La regla interpretativa sigue siendo la misma: cuando el autor se pierde en su mundo fantástico, olvidando la “realidad”, ya no puede crear nada. La base para la creación es la propia realidad, no se la puede olvidar.
Sin embargo, puede dársele una segunda interpretación, una que trata mas que de historias, de la vida, la Emperatriz puede ser Dios. Bastián puede ser cualquier persona a la que Dios (la emperatriz) pone en el mundo (Fantasia) para buscar su verdadera voluntad.
Se puede interpretar esto de modo nietzschiano. En Nietzsche, el símbolo de la verdadera voluntad, despojada de trabas, es un niño: como Bastián. Pero innumerables obstáculos se interponen en la búsqueda de esta. Y al hacer lo que no se quiere de verdad, se cae cada vez más profundamente en la perdición. Los deseos torcidos de Bastián hacen que olvide cada vez más su mundo natal, cosa que no le molesta, porque de todos modos no quiere volver allá. Sin embargo, el que nada recuerda nada puede desear. Cuando pierda el último recuerdo de su propio mundo, Bastián ya no podrá desear nada. ¿Acaso es una trampa de la Emperatriz Infantil? La regla interpretativa sigue siendo la misma: cuando el autor se pierde en su mundo fantástico, olvidando la “realidad”, ya no puede crear nada. La base para la creación es la propia realidad, no se la puede olvidar.
Sin embargo, puede dársele una segunda interpretación, una que trata mas que de historias, de la vida, la Emperatriz puede ser Dios. Bastián puede ser cualquier persona a la que Dios (la emperatriz) pone en el mundo (Fantasia) para buscar su verdadera voluntad.
El Auryn se torna entonces el símbolo de la búsqueda del guerrero-sacerdote, que aspira a ser el Mago por excelencia. Ser dueño de la própia voluntad significa conocerse a si mismo, por lo tanto, haber alcanzado lo más alto grado de la Magia.
0 comentarios:
Publicar un comentario