El DISCERNIMIENTO VERDADERO
viernes, 15 de mayo de 2009
..."Admito que quienes estudian la Historia puedan tener creencia infantil y conmovedora en el poder organizador de nuestro espíritu y del método en sí, pero deben adelantarse y respectar lo incomprensible, la realidad y originalidad del fenómeno. Estudiar Historia, estimado, no es un juguete, una ocupación infantil e irresponsable…significa entregarse al caos, conservando la creencia en el orden y en el sentido.
Los grandes hombres son para la juventud las pasas en el bolo de la historia universal, e, indudablemente, son parte integrante de su substancia.
No es tan simple ni tan fácil diferenciar los verdaderos grandes hombres de los grandes solo en apariencia. A estos últimos es el momento histórico, su presentimiento y comprensión que les dan la ilusión de grandeza, y no son raros los biógrafos que acreditan ver en el presentimiento de un momento, esto es, en el suceso momentáneo, el distintivo de grandeza.
El sargento que de hoy para mañana se torna dictador, la cortesana que consigue por algún tiempo ejercer influencia sobre el buen o mal humor de un individuo poderoso, son los personajes preferidos de un tal historiador.
Los grandes hombres son para la juventud las pasas en el bolo de la historia universal, e, indudablemente, son parte integrante de su substancia.
No es tan simple ni tan fácil diferenciar los verdaderos grandes hombres de los grandes solo en apariencia. A estos últimos es el momento histórico, su presentimiento y comprensión que les dan la ilusión de grandeza, y no son raros los biógrafos que acreditan ver en el presentimiento de un momento, esto es, en el suceso momentáneo, el distintivo de grandeza.
El sargento que de hoy para mañana se torna dictador, la cortesana que consigue por algún tiempo ejercer influencia sobre el buen o mal humor de un individuo poderoso, son los personajes preferidos de un tal historiador.
Los jóvenes llenos de idealismo al contrario, prefieren los destinos trágicos de los individuos mal sucedidos, de los mártires, que llegaron al mundo temprano o demasiado tarde. Para mí que soy historiador de la Orden Benedictina, lo que más me atrae, lo que más digno de admiración y estudio me parece en la historia universal no son las personas, hechos insólitos o suceso y decadencia, pero sí fenómenos como nuestra congregación, las organizaciones de larga vida, en las que se intenta reunir los sujetos en vista de su alma, donde se pretende ennoblecerlos por el Espíritu – nobleza que es apta a un solo tiempo a servir y dominar.
Lo que me atrajo fueron tentativas como la de los Pitagóricos o de la Academia Platónica, o entre los chinos la larga existencia del sistema Confucionista; Y en nuestra historia occidental son principalmente las iglesias cristianas y las Ordenes que la sirven y les son afiliadas los valores históricos de primera categoría.
El hecho de un aventurero cualquier haber tenido la suerte de conquistar o fundar un reino que tendrá la duración de veinte, cincuenta o mismo cien años, o un idealista bienintencionado pretender una política más honesta, o realizar un sueño cultural, o el hecho de que un pueblo, o comunidad, haber realizado o soportado cosas inauditas bajo una presión exterior, todo eso ha dejado hace mucho de tener para mí interés.
El hecho de que congregaciones como la de los benedictinos, dominicanos, y más tarde jesuitas, existieren hace siglos y después de todos esos siglos, pasando por todas las diferentes formas de evolución, corrupción, adaptación y dominio, conservaren todavía su voz, sus actitudes e su alma individual, este es para mí el fenómeno más notable y respetable de la historia.
Lo que me atrajo fueron tentativas como la de los Pitagóricos o de la Academia Platónica, o entre los chinos la larga existencia del sistema Confucionista; Y en nuestra historia occidental son principalmente las iglesias cristianas y las Ordenes que la sirven y les son afiliadas los valores históricos de primera categoría.
El hecho de un aventurero cualquier haber tenido la suerte de conquistar o fundar un reino que tendrá la duración de veinte, cincuenta o mismo cien años, o un idealista bienintencionado pretender una política más honesta, o realizar un sueño cultural, o el hecho de que un pueblo, o comunidad, haber realizado o soportado cosas inauditas bajo una presión exterior, todo eso ha dejado hace mucho de tener para mí interés.
El hecho de que congregaciones como la de los benedictinos, dominicanos, y más tarde jesuitas, existieren hace siglos y después de todos esos siglos, pasando por todas las diferentes formas de evolución, corrupción, adaptación y dominio, conservaren todavía su voz, sus actitudes e su alma individual, este es para mí el fenómeno más notable y respetable de la historia.
-…Cada uno de nosotros es apenas un hombre, apenas una experiencia, algo que se encamina. Debemos encontrarnos en un camino en el que la perfección también se encuentra, debemos aspirar al centro, no a la periferia.
-Ah! Si pudiéramos al menos adquirir sabiduría! Si existiese una enseñanza en la que pudiésemos creer! Todas las cosas se contradicen y en ninguna parte existe la certeza. A todo se le puede dar un significado, o el significado contrario. Podemos presentar la historia universal como un proceso de evolución y progreso, y considerarla al mismo tiempo decadencia y absurdo. No existirá la verdad? No existe una enseñanza genuina y válida?
-…Existe la verdad, estimado! Pero la enseñanza que deseas, absoluta, perfecta, la única capaz de conducir a la sabiduría, esta no existe. Tú no debes aspirar a la enseñanza perfecta mi amigo, mas al perfeccionamiento de ti propio. La Divinidad está dentro de ti, y no en conceptos y libros.”
-Ah! Si pudiéramos al menos adquirir sabiduría! Si existiese una enseñanza en la que pudiésemos creer! Todas las cosas se contradicen y en ninguna parte existe la certeza. A todo se le puede dar un significado, o el significado contrario. Podemos presentar la historia universal como un proceso de evolución y progreso, y considerarla al mismo tiempo decadencia y absurdo. No existirá la verdad? No existe una enseñanza genuina y válida?
-…Existe la verdad, estimado! Pero la enseñanza que deseas, absoluta, perfecta, la única capaz de conducir a la sabiduría, esta no existe. Tú no debes aspirar a la enseñanza perfecta mi amigo, mas al perfeccionamiento de ti propio. La Divinidad está dentro de ti, y no en conceptos y libros.”
El juego de abalorios, Herman Hesse.
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