Ars Memoriae III
lunes, 30 de junio de 2008
La obra médica de Arnau se encuentra prácticamente toda en latín, à excepción de una versión catalana medieval que fue editada por Miquel Batllori en 1947. Los aforismos de memoria están en una orden distinta de las demás ediciones y aún se añade uno más a la serie original de 25. El número 26 preconiza se tratar de un gran secreto: “L”aygua ardent sia feta de vi vermell en lo qual sia mès una manada de torongina e de sálvia e de romaní, e puys sia posada ab una bena de Dra. De lli a la memoria, e és gran secreto.”
Esta medicación se destina a estimular directamente el polo posterior del cerebro, sede de la facultad de la memoria. Tanto en los textos latinos como en la versión catalana de los aforismos do no se remite al órgano de los recuerdos, más sí a la Virtud Memorativa, punto de unión con la Divinidad. La Memoria se asocia directamente con el órgano de la visión que era el primer camino para encontrar-se con Dios. San Agustín en su discurso sobre la memoria toma elementos de la retórica clásica, del platonismo, y del sentido cristiano. De él surge el planteamiento de una idea de Dios oscurecida por un olvido que debemos encontrar en nuestro cerebro. San Agustín le da a la memoria un valor sacro porque la presencia del misterio está omnipresente en esta virtud, lo que le permite un tránsito hacia la eternidad. La imagen y la cosa están claramente distanciadas y es en este distanciamiento donde está la teoría del conocer platónico. En las Confesiones se mezcla el platonismo con la teología cristiana bajo una dialéctica que a través de la formalización del problema platónico del conocer eleva a la memoria como el lugar donde reside el recuerdo del Paraíso en el hombre. Por lo tanto, la memoria es virtuosa porque trae el recuerdo de un estado primitivo puro donde el hombre explora la huella de la divinidad. La memoria es el lugar donde Dios reside en el ser. Para San Agustín es el espacio donde se produce el encuentro con Dios. Es más, las imágenes absorbidas por la Memoria se almacenaban en la Psique Humana formando los Arquetipos que terminaban por constituir un misterioso código genético.
Llull retoma la tradición Agustina de una Virtus Memorativa y también elabora una serie de ejercicios destinados à fortalecer esta Potencia que también es punto de transición a las esferas más elevadas. Manifiesta-se el aspecto místico del Arte, la contemplación y la meditación exigen un estado mental especial, que por su vez exigen una buena salud corporal. Tratados de Fisiología con catálogos de hierbas, lugares aptos y efluvios perniciosos para la Memoria fueran escritos hasta el siglo XVII, pero gradualmente cederían paso al método científico.
En la Medicina, en la Literatura, Matemática y también en la Botánica podemos encontrar rastros de un Sistema elaborado alrededor del Arte Memorativo, rastro ese que, por su antigüedad y alcance moderno nos inclina a dibujar una Tradición práctica de fondo religioso cuyos desdoblamientos en la Historia no fueron sino, débilmente captados hasta ahora. Busqué iniciar la Pesquisa con esos Ecos captados en la Antigüedad griega (Los capítulos “Memoria & Rhapsodia y La Ideología de la Simpatía) para que su comprensión en las Eras posteriores quedasen mayormente aclaradas. La Memoria como Rhapsodia busca el sentido mitológico del concepto y la Memoria como Simpatía aprehende el trascendente en sus formas aplicadas como Virtus Naturalis .
Concluyo la introducción citando las palabras de un especialista en Mnemotecnia española, que es Fernando Rodríguez de la Flor: “No puedo dejar de manifestar una sospecha que me ronda: los otros usos que las artes de la memoria podían posibilitar. Si alguien es capaz de dar tal solidez a los productos de su imaginación, por qué pensar que sólo se destinaban al recuerdo...”
Esta medicación se destina a estimular directamente el polo posterior del cerebro, sede de la facultad de la memoria. Tanto en los textos latinos como en la versión catalana de los aforismos do no se remite al órgano de los recuerdos, más sí a la Virtud Memorativa, punto de unión con la Divinidad. La Memoria se asocia directamente con el órgano de la visión que era el primer camino para encontrar-se con Dios. San Agustín en su discurso sobre la memoria toma elementos de la retórica clásica, del platonismo, y del sentido cristiano. De él surge el planteamiento de una idea de Dios oscurecida por un olvido que debemos encontrar en nuestro cerebro. San Agustín le da a la memoria un valor sacro porque la presencia del misterio está omnipresente en esta virtud, lo que le permite un tránsito hacia la eternidad. La imagen y la cosa están claramente distanciadas y es en este distanciamiento donde está la teoría del conocer platónico. En las Confesiones se mezcla el platonismo con la teología cristiana bajo una dialéctica que a través de la formalización del problema platónico del conocer eleva a la memoria como el lugar donde reside el recuerdo del Paraíso en el hombre. Por lo tanto, la memoria es virtuosa porque trae el recuerdo de un estado primitivo puro donde el hombre explora la huella de la divinidad. La memoria es el lugar donde Dios reside en el ser. Para San Agustín es el espacio donde se produce el encuentro con Dios. Es más, las imágenes absorbidas por la Memoria se almacenaban en la Psique Humana formando los Arquetipos que terminaban por constituir un misterioso código genético.
Llull retoma la tradición Agustina de una Virtus Memorativa y también elabora una serie de ejercicios destinados à fortalecer esta Potencia que también es punto de transición a las esferas más elevadas. Manifiesta-se el aspecto místico del Arte, la contemplación y la meditación exigen un estado mental especial, que por su vez exigen una buena salud corporal. Tratados de Fisiología con catálogos de hierbas, lugares aptos y efluvios perniciosos para la Memoria fueran escritos hasta el siglo XVII, pero gradualmente cederían paso al método científico.
En la Medicina, en la Literatura, Matemática y también en la Botánica podemos encontrar rastros de un Sistema elaborado alrededor del Arte Memorativo, rastro ese que, por su antigüedad y alcance moderno nos inclina a dibujar una Tradición práctica de fondo religioso cuyos desdoblamientos en la Historia no fueron sino, débilmente captados hasta ahora. Busqué iniciar la Pesquisa con esos Ecos captados en la Antigüedad griega (Los capítulos “Memoria & Rhapsodia y La Ideología de la Simpatía) para que su comprensión en las Eras posteriores quedasen mayormente aclaradas. La Memoria como Rhapsodia busca el sentido mitológico del concepto y la Memoria como Simpatía aprehende el trascendente en sus formas aplicadas como Virtus Naturalis .
Concluyo la introducción citando las palabras de un especialista en Mnemotecnia española, que es Fernando Rodríguez de la Flor: “No puedo dejar de manifestar una sospecha que me ronda: los otros usos que las artes de la memoria podían posibilitar. Si alguien es capaz de dar tal solidez a los productos de su imaginación, por qué pensar que sólo se destinaban al recuerdo...”
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